Dos vertiginosos artistas suben al escenario en un número de volteretas y giros que hace avanzar la historia. Su movimiento actúa como una máquina para extraer cajas del CUBO, moviéndose cada vez más rápido para acelerar el proceso.
En un momento muy emotivo de vulnerabilidad, las LUCIÉRNAGAS aportan un sentimiento de esperanza cuando estas dos bellas artistas se elevan con elegancia por el aire suspendidas por el pelo.
La GENTE DEL PAPEL DE COLOR se reúne en una emocionante mezcla de actos de banquina, báscula coreana. Con la ayuda del CUBO y los ánimos de FUTURE, aprenden a colaborar y se dan cuenta de la importancia de divertirse en una serie de acrobacias vertiginosas.
Un tenso número de doble cuerda floja abre el segundo acto del espectáculo, en el que dos animales se encuentran en una línea entre la vida y la muerte. Darán todo lo que puedan para sobrevivir mientras se tengan el uno al otro.
Este número de mástiles voladores presenta tres mástiles volando simultáneamente, con dos acróbatas por mástil realizando trucos en el aire. Esta actuación sin precedentes requiere una fuerza excepcional y marca la reconstrucción del CUBO.
En un acto de amor y gratitud, Ewai El Perro se deja llevar por el juego y empieza a hacer malabares. Es entonces cuando se encuentra con el EXCAVADOR, que pone varios objetos en las manos de Ewai El Perro, obligándole a ser cada vez más creativo a la hora de hacer malabares con todo lo que tiene.
El EXCAVADOR despliega toda su flexibilidad y capacidad de adaptación en un número de contorsionismo que dejará al público atónito cuando el artista disloque sus extremidades para mantener su cariñoso abrazo con FUTURE y Ewai El Perro.
Cuando FUTURE levanta la vista para ver la última caja que falta volando por los aires, se da cuenta de que depende de ella volver a colocar la pieza que falta en el CUBO. El trapecio Washington desciende hacia ella en un momento cargado de magia mientras los animales vuelven al escenario para orquestar su vuelo.
En una actuación de altos vuelos, los animales de papel celebran la conexión y la coexistencia a través de un estimulante acto de triple teeterboard. Cuando los juguetones pájaros alzan el vuelo desde sus balancines, inyectan una energía palpable en el aire, entusiasmados por el sentimiento de unión.